La euforia de asistir a eventos deportivos de talla mundial y la absurda exigencia de solicitar un trato exquisito digno de cualquier diputado o diputada en funciones, es lo que parece absorber el tiempo de los legisladores y las legisladoras locales que no muestran ningún interés de sentarse con los titulares de Poderes y las dependencias estatales para analizar y discutir los absurdos incrementos a su presupuesto planteados para el 2023.

 

 

De poco o nada sirve que Tlaxcala sea uno de los estados donde se presume que el Congreso del Estado es afín a la Cuarta Transformación cuando no hay disposición ni el talento necesario para respaldar inmediatamente las propuestas del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que busca que las legislaturas de los estados avalen la reforma legal que permitirá al Ejército mantenerse en las calles para desempeñar funciones de seguridad hasta el 2028.

 

Desde el pasado viernes y por instrucciones presidenciales, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, inició el cabildeo con los Congresos locales para buscar la aprobación de la reforma constitucional, la cual ya fue respaldada por el Poder Legislativo de Oaxaca y próximamente por otros más que se alistan para hacer efectiva esa propuesta del actual mandatario del país.

 

En Tlaxcala ese asunto de importancia para el presidente López Obrador sigue olvidado por los diputados y las diputadas de Morena y sus aliados, pues sencillamente su agenda de prioridades dista mucho de la que se sigue a nivel nacional.

 

Los días siguen pasando y los pendientes en el Poder Legislativo de Tlaxcala van acumulándose. Un buen ejemplo es el caso que involucra unas sentencias del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que ordenó imponer una sanción a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros por violentar la ley electoral al asistir a eventos donde apoyó las aspiraciones del candidato de Morena a la gubernatura de Hidalgo, Julio Menchaca.

También están varios asuntos de índole político que están pendientes como el conflicto de Xicohtzinco el cual ya tiene más de un año, tiempo en que la Secretaría de Gobierno sólo lo complicó más.

 

Con estos asuntos pendientes y sin resolver, los diputados y las diputadas pronto tendrán que sentarse para analizar la viabilidad o no de aprobar los aumentos en sus presupuestos que solicitaron algunos poderes o tribunales, los cuales sencillamente resultan desproporcionados porque salen de los parámetros establecidos.

 

El Congreso del Estado solicitó un incremento del 15 por ciento en su presupuesto del próximo año, pero se desconoce en qué lo fundamentó y lo justificó cuando se dice que dispone de mucho dinero público que es utilizado para pagar plazas de hasta 78 mil pesos que se otorgan a aviadores de uno que otro diputado influyente y consentido, hasta para cubrir sueldos de un séquito de amigos y recomendados que simulan trabajar para llevar en orden las finanzas y gastos del Poder Legislativo.

 

También está la propuesta del Tribunal Superior de Justicia en el Estado que para el 2023 quiere un aumento del 25 por ciento que implican alrededor de 100 millones de pesos.

 

El Tribunal de Justicia Administrativa no se quedó atrás y solicitó para el siguiente ejercicio fiscal un incremento del 11 por ciento.

 

Las solicitudes de aumento a los presupuestos carecen de sentido si se considera que la propuesta de gasto federalizado para Tlaxcala en 2023 es por el orden de 25 mil millones de pesos que representan un incremento de 2 mil millones de pesos con respecto a 2022, es decir, una alza del 10 por ciento que, si se relacionada con la inflación acumulada, se comprobará que el incremento es mínimo.

 

Si bien para el siguiente año se habla de un incremento inercial de recursos, también se menciona que hay una baja en los rubros de seguridad, infraestructura carretera y desarrollo económico. Las únicas partidas que crecen son las correspondientes al ramos 33 y 28.

 

La posibilidad de que se aprueben los incrementos en los presupuestos antes mencionados es difícil. Los ahorros que se pudieron lograr en este año ya se obtuvieron y éstos en teoría se están ejerciendo y los subejercicios con lo que operan la mayoría de las dependencias estatales terminará por generar problemas porque se tiene dinero y éste no se está gastando para lo que se autorizó.

 

Me da la impresión que los diputados locales tienen mucho trabajo y que le urge ponerse a sacar los pendientes, porque de lo contrario van a enfrentar problemas para cumplir con sus obligaciones.

 

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