Blanca Águila Lima volvió a reelegirse como dirigente del sindicato de trabajadores del sector salud en Tlaxcala y demostró que tiene trabajada una estructura que cada proceso le permite repetir en el cargo.

 

 

La belicosa líder de los trabajadores de la salud logró su primer cargo sindical en el gobierno del entonces panista Héctor Ortiz Ortiz, para después mantenerlo en las administraciones priistas del amargado Mariano González Zarur y del blandengue Marco Antonio Mena Rodríguez para ahora ratificar su control en la gestión morenista que encabeza Lorena Cuéllar Cisneros.

 

El gobierno estatal si bien apostaba por un cambio en la dirigencia de ese sindicato, lo cierto es que se mantuvo ajeno al proceso de renovación de dirigente y dejó que los trabajadores y las trabajadoras decidieran libremente.

 

Después de 18 años seguidos como líder de ese gremio, Blanca Águila demostró que 60 por ciento de los afiliados al sindicato la siguen respaldando, lo que demuestra que algo hace bien porque en ese tiempo ha sido acusado de corrupción y obtener beneficios de plazas para sus familiares y amigos sin que eso repercuta en su imagen.

 

La también diputada local del PRI sin duda es un personaje incómodo para la actual administración lorenista, no sólo porque se asumen como una de las pocas y verdaderas líderes opositoras al gobierno morenista, sino porque se ha encargado de entorpecer y evidenciar las fallas del programa de salud del gobierno federal y estatal que se lleva a cabo a través del plan IMSS-Bienestar.

 

Lo anterior resulta fastidioso porque si existe una prioridad del gobierno estatal es la salud de los tlaxcaltecas, sector en donde ha concentrado recursos y acciones para tratar de ofrecer y mejorar la atención médica y de servicios.

 

Los trabajadores del sector salud inconformes con el liderazgo de Blanca Águila siguen sin encontrar al personaje que sea capaz de derrotar a la diputada local.

 

En el proceso que concluyó anoche la planilla fucsia bajo el mando de Alberta Hernández Netzahuatl obtuvo 384 votos, mientras que la planilla vino encabezada por el desprestigiado Guillermo Hernández Medina sumó mil 180 votos y la planilla azul que registró a Blanca Águila contabilizó 3 mil 50 votos, es decir, más del 60 por ciento de los votos ejercidos.

 

Habrá que ver si Blanca Águila mantiene su actitud opositora al gobierno federal o estatal o si finalmente fortalece aún más su relación de cercanía y complicidad con el actual secretario de Salud en Tlaxcala, Rigoberto Zamudio Meneses, quien al parecer sí ayudó a la actual diputada local para mantenerse en el puesto debido al buen entendimiento que tuvieron desde que se conocieron.

 

A la reelecta líder sindical no le conviene mantener sus diferencias con la nueva administración ni generar movimientos de protesta contra el programa IMSS-Bienestar, ya que las acciones para el sector salud son prioritarias para el gobierno del estado y éste no permitirá que existan más retrasos u obstáculos en la implementación de este novedoso modelo de atención médica.

 

Blanca Águila ganó y ratificó una vez más que es una buena operadora.

 

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