La saturación de eventos oficiales para vender la idea de que las actuales autoridades sí trabajan es quizá el principal obstáculo que se genera el mismo gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros para destacar, presumir y dejar que sus logros sean percibidos, captados y hasta asimilados por los ciudadanos, quienes reciben tanta información que se saturan y terminan por ver lo que les interesa y no lo que realmente importa.

 

 

Hace unos días le comentaba que la gobernadora carga absolutamente el peso de su administración y que sus colaboradores son incapaces no sólo de enfrentar los problemas que surgen, sino de destacar y vender mediáticamente los logros y resultados que las dependencias estatales han obtenido en los últimos diez meses.

 

Pese a la mala relación y distanciamiento que existe entre el sector productivo con el poblano secretario de Desarrollo Económico, Javier Marroquín Calderón, es un hecho que Tlaxcala se encuentra en el camino de la normalización de su actividades al lograr cifras importantes en la captación de inversión, en la generación de nuevos empleos y en el crecimiento económico que ronda el 5 por ciento.

 

Tras dos años de pandemia y en tan sólo diez meses del nuevo gobierno, las autoridades estatales confirmaron en la entidad inversiones del sector privado por 6 mil 701 millones de pesos y la instalación de los centros de distribución de Wal Mart y Mercedes Benz.

 

Además en ese lapso de tiempo se generaron más de cuatro mil nuevas fuentes de empleo para alcanzar la cifra récord de 108 mil 344 trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

 

La recuperación económica de Tlaxcala es innegable y los datos demuestran que existe confianza y condiciones para la inversión. La entidad destaca a nivel nacional en los indicadores de desarrollo económico si se comparan los datos con otros estados del país.

 

Lo malo es que a los ciudadanos y a las ciudadanas les importó muy poco esos resultados, porque hoy la agenda mediática gira en torno a la inflación, a la inseguridad, a los escándalos generados por estudiantes que se embriagan en bares ubicados en los alrededores de instituciones educativas, en la falta de lluvias que está provocando la pérdida de cosechas y el amañado proceso de fiscalización que seguirán los actuales diputados para aprobar las cuentas públicas.

 

A esos temas hay que agregar los eventos oficiales de la actual administración estatal para promover el inicio del proceso de instalación del servicio de internet gratuito en zonas rurales o la entrega de ayudas funcionales a personas con discapacidad por parte de la Secretaría de Bienestar, sin mencionar que también se pretende destacar la reinauguración de la Casa Club para el Bienestar del Jubilado y Pensionado y al mismo tiempo dar a conocer el programa de Salud Mental y Verano Saludable para prevenir intentos de suicidio en estudiantes.

 

La saturación de la imagen de la gobernadora Lorena Cuéllar es innegable y lo bueno y positivo de su administración sencillamente se diluye y no tiene el impacto que se desea, porque sencillamente no hay tiros de precisión porque al final siempre se ignora la estrategia que se diseña y planea para destacar los logros.

 

Es una realidad que hoy en día a los ciudadanos y a las ciudadanas les interesa más enterarse de las borracheras de los estudiantes y las pelas que provocan en antros y calles que han derivado en la clausura de varios negocios que operan en los alrededores de ciertas instituciones educativas que en conocer qué Tlaxcala vive una franca recuperación económica que se traduce en más empleos y en desarrollo de la entidad.

 

Esa es nuestra triste realidad.

 

***********************************************************************************************************