Los focos de alarma al interior del PRI se han encendido porque a un año de los últimos comicios celebrados en Tlaxcala en que ese partido perdió la gubernatura y presencia en ayuntamientos y en el Congreso del Estado, su nivel de simpatías sigue a la baja y prácticamente su respaldo ciudadano ronda el 5 por ciento.

 

 

De junio del 2021 a la fecha, el PRI en la entidad ha perdido entre 15 y 20 puntos porcentuales, de ahí que casi se encuentra en los niveles en que se ubica el PAN y de seguir esa tendencia podría poner en riesgo su registro como partido.

 

La crisis en el PRI tlaxcalteca inició en junio del año pasado cuando no logró retener la gubernatura del estado a través de la priista Anabell Ávalos Zempoalteca que encabezó la alianza opositora que también fue respaldada por el PAN y el PRD, pues según diferentes versiones el entonces mandatario del tricolor Marco Antonio Mena Rodríguez traicionó a su partido para entregar la plaza a Morena y su candidata Lorena Cuéllar Cisneros.

 

A finales de ese año, el líder estatal del PRI, el castrado Noé Rodríguez Roldán, renunció a la dirigencia estatal lo que provocaría una crisis porque la dirigencia nacional se negó a entregar el liderazgo a la secretaría general Mildred Vergara Zavala y operó para dejar al títere marianista Oscar Amador Xochiteotzin como encargado interino del ex partidazo.

 

En los primeros meses de este año se debió llevar a cabo la ratificación o la renovación de la dirigencia estatal por parte del Consejo Estatal, sin embargo como el maltratado, vapuleado y casi defenestrado dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, no encontró condiciones para imponer a su camarada Mariano González Aguirre y optó por ignorar las exigencias y reclamos de la militancia para abrir el proceso y permitir la llegada de un liderazgo con respaldo de los priistas.

 

El hijo del ex gobernador Mariano González Zarur no encontró la fórmula ni el respaldo de los liderazgos locales para asumir el control del PRI en Tlaxcala, situación que ha impedido que ese partido realice un proceso interno de renovación y se muestre como una verdadera oposición al gobierno morenista.

 

El PRI en la entidad carece de liderazgos visibles y sus cuadros con representación como la diputada Blanca Águila Lima está más preocupada en mantener el control del sindicato de trabajadores de salud que en revivir o rescatar al PRI. El otro legislador local, Fabricio Mena Rodríguez, está volcado en apoyar y hasta asesorar al gobierno Morenista que encabeza su cuñada Lorena Cuéllar.

 

Entre marzo y abril de este año el PRI aún rebasaba los dos dígitos en las preferencias electorales, pero cuando trascendió que Mariano González podría llegar a la presidencia estatal del partido, los pocos simpatizantes que se tenían dejaron de brindar su apoyo, lo que ha llevado al instituto político a ubicarse en niveles tan bajos que nunca más había registrado en su historia en Tlaxcala.

 

La militancia tlaxcalteca está molesta con Oscar Amador, quien además ha iniciado el nombramiento ilegal de funcionarios priistas como los juniors hijos de ex colaboradores del hacendado gobernador Mariano González Zarur como Pedro Molina y Mario Sánchez, quienes carecen de méritos y experiencia partidista.

 

Los priistas de la entidad están por hacer público su rechazo a Alejandro Moreno y no dudarán en respaldar la exigencia de ex presidentes del partido y de ex gobernadores de pedir su salida de la dirigencia nacional de PRI, sobre todo por los escándalos y el desprestigio al que ha metido al ex partidazo desde mayo en que se conocieron una serie de grabaciones que lo estarían involucrando en varios delitos que están siendo investigados por las autoridades de Campeche.

 

Y aunque usted no lo crea, entre los gobernadores priistas se encuentra Marco Mena, a quien los militantes de ese partido tachan de traidor y de haber operado para entregar el poder a Lorena Cuéllar.

 

Al PRI en Tlaxcala le urge ser rescatado y reanimado rumbo a los comicios del 2024. Está dejando pasar tiempo valioso que después lamentará.

 

En la actualidad se duda que el PRI y sus aliados puedan recuperar algunos espacios perdidos, pues tan mal se ve ese partido que muchos han empezado a pronosticar que de seguir la crisis el tricolor podría perder en Tlaxcala el registro, situación que tal vez haría muy feliz a la gobernadora Lorena Cuéllar.

 

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