Una cosa que cada día que pasa se comprueba, es que los ideales y principios de la Cuarta Transformación son letra muerta, porque los funcionarios que trabajan tanto en la administración morenistas federal como la estatal se comportan igual y en algunos casos superan con creces la voracidad de los priistas, panistas y perredistas.

 

 

Un buen ejemplo de lo anterior es que ayer tanto el secretario de la Función Pública del gobierno federal, Roberto Salcedo Aquino, como la mandataria tlaxcalteca, Lorena Cuellar Cisneros, describieron una utopía que sólo existe en los discursos y en las mentes de los seguidores del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pues en los hechos la Cuarta Transformación aglutina a una nueva camarilla que hace negocios y se enriquece al amparo del poder, tal y como lo hacían sus adversarios a los que tanto criticaron y llamaban corruptos.

 

Carlos Luna Vázquez, el torpe y limitado político que cobra como “Super Delegado” de Bienestar en el gobierno federal representa claramente la corrupción, el tráfico de influencias y el conflicto de intereses en los que ha incurrido para beneficiar a su gandalla familia.

 

Con la complicidad de «algunos» alcaldes de morena, ese bobo funcionario federal ha logrado que sus hijos, novias, esposa y otros familiares cobren salarios en ayuntamientos como Amaxac, Santa Cruz Tlaxcala, Tocatlán, Chiautempan, Contla y Tlaxcala, a cambio de que él otorgue plazas a recomendados de esos ediles en el gobierno de López Obrador.

 

Las evidencias de que esos familiares cobraron existen, pero no así de que éstos trabajaron para ganar el salario que recibieron.

 

 

Los hijos que han resultado beneficiados por los entuertos de su transa padre son Juan Carlos Luna Hernández, Maviel Luna Hernández y Ailyn Luna Hernández. Su esposa cobraría en el ayuntamiento de Contla a cargo del alcalde morenista Eddy Roldán Xolocotzi , estaría en la nómina de la Tesorería del ayuntamiento capitalino bajo el mando de Jorge Corichi Fragoso.

 

 

Y se dice que su suegra habría sido beneficiada con un puesto en la Delegación de Bienestar. Bonita familia, no lo creen.

 

Usted cree que los funcionarios de Morena que son el corazón de los gobierno de la Cuarta Transformación y de la nueva historia cumplen con los principios que presumen y con los ideales de no robar, no mentir y no traicionar.

 

Lorena Cuéllar impuso al ex alcalde perredista de Amaxac Carlos Luna en esa posición y ella debería de saber de los excesos y abusos de su protegido y recomendado, porque para nadie es un secreto que la que controla y maneja la Delegación de Bienestar y los programas sociales que financia el gobierno federal de López Obrador en Tlaxcala es ella y no ese pedazo de político.

 

Roberto Salcedo y la gobernadora Cuéllar antes de presumir la “honestidad” de los funcionarios que laboran en el gobierno federal y estatal deberían revisar su comportamiento y trayectoria, porque no existe coherencia entre lo que destacan con lo que en realidad sucede.

 

En el gobierno de Tlaxcala ya han aparecido ejemplos y casos de abusos, como el del director general del Cobat, Darwin Pérez y Pérez, a quien se le encontraron alrededor de 13 familiares en la nómina de esa institución educativa.

 

No es el único caso y pronto le daremos la lista de otros poderosos funcionarios estatales que también se han despachado con la cuchara grande para colocar a familiares, novias y amantes y de paso disponer de vehículos oficiales para actividades ajenas a las del gobierno.

 

A poco la soberbia y prepotente titular de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas (CEBP), Jaidi Monserrat Vázquez López, negara que su hoy poderoso padrino no dispone de una camioneta y un Jetta adscritos a su dependencia para su servicio personal. Las unidades son utilizadas por familiares de ese galán funcionario y no son ocupados para las labores que lleva esa área de la administración estatal.

 

Así o más gandallas.

 

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