Resulta grave que a poco más de nueves meses en el poder, el ruinoso secretario de Gobierno, el ex panista Sergio González Hernández, recurra al hígado y no a las limitadas neuronas que aún le funcionan para defender a funcionarios de fines oscuros que, según él, existen para desprestigiar a personas e instituciones.

 

 

Limitado y bobo, el número dos del gobierno de Tlaxcala insiste en ver la realidad que le conviene y seguir su banal postura de que la administración lorenista va bien y que los problemas, errores, deficiencias, malestar, negocios y transas son inventos o señalamientos sin fundamento de los reporteros, pero si fuera un poquito inteligente y saliera de su burbuja de cristal, se daría cuenta que su percepción dista mucho de la que ven los tlaxcaltecas.

 

Se equivoca cuando sale a defender a la procuradora de Justicia, Ernestina Carro Roldán y al secretario de Seguridad Ciudadana, Raúl Ruiz García, de un supuesto complot puesto en marcha para que sean removidos de sus cargos, ya que lo único que se ha hecho es evidenciar sus errores, sus escasos resultados y el clima de malestar que prevalece entre el personal de esas dos dependencias, lo cual para ese funcionarios fue una barbaridad que se expusiera porque se está atentando contra dos áreas del gobierno que brillan por su trabajo.

 

Si el longevo Sergio González presume que ambos funcionarios son eficientes y los mejores, entonces que lo sustente con datos duros e información oficial.

 

Cuántos homicidios dolosos se han cometido de septiembre a la fecha y cuántos detenidos de esos hechos existen; cuántas carpetas de investigación se iniciaron en ese tiempo y cuántas se han judicializado; cuantas denuncias de presuntos actos de corrupción y daño patrimonial se han presentados contra ex funcionarios y cuántas han terminado en un expediente con un juez.

 

Cuántas carpetas por feminicidios se han iniciado y cuántas se han judicializado; cuántos robos de camiones de carga se han llevado a cabo y cuántas bandas y delincuentes se encuentran detenidos; cuántos ladrones de automóviles y de autopartes han sido detenidos y cuántas unidades se han robado de septiembre a mayo; cuántos expedientes tiene la Fiscalía de Combate a la Corrupción y cuántos han terminado con un juez.

 

Habría que preguntar a Sergio González si la tortura forma parte del eficiente trabajo que, según él, realiza la PGJE, pues esa fue la razón por la cual el caso de Ana Laura N. sigue estancando y sin solución, porque los agentes investigadores asesinaron al principal sospechoso, o sea, al novio de esa joven desaparecida del municipio de Huamantla.

 

Y si en verdad es tan bueno el trabajo de la ineficiente procuradora Ernestina Carro, entonces por qué no existe ningún detenido de los responsables del linchamiento registrado en abril en la comunidad de San Pedro Tlalcualpan de Chiautempan, el cual se cometió a plena luz del día ante decenas de testigos y a unos metros de la policía estatal.

 

O por qué tampoco se ha detenido a ningún culpable del asesinato del joven que acudió a la estúpida reunión en Xicohtzinco convocada por la Secretaría de Gobierno para dizque solucionar el conflicto político que prevalece en ese municipio desde hace un año.

 

El responsable de esa persona muerta es usted señor secretario. Usted convocó cuando no había condiciones y su patiño Mario Cervantes Hernández, director de Gobernación, estuvo a unos metros del joven que fue atacado a balazos el pasado 22 de mayo.

 

Cualquier otro secretario de Gobierno con dignidad y tamaños hubiera presentado su renuncia al cargo, pero no, usted recurrió a su personal estilo panista de ejercer el poder y fiel a su incapacidad fue y aventó el conflicto al Congreso del Estado para que ahí se solucione lo que usted no pudo hacer.

 

Me parece que Sergio González se equivoca y no gana nada con mentir, ocultar las cosas y minimizar los problemas que enfrenta la administración de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros.

 

El secretario de Gobierno debe serenarse. Salir del círculo de aduladores y escuchar otras voces para que vuelva a ver el bosque completo y no sólo el paraje que le gusta o le conviene.

 

Al interior del gobierno la gran mayoría de los funcionarios que integran la administración estatal lo descalifica y critica su pobre trabajo, el cual es tan malito que Gimena Lara Pérez, la coordinadora de Planeación e Inversión es la que tiene bajo su mando la armonización del gabinete.

 

Sergio González debería dejar de leer sus historietas de Kalimán y el Libro Vaquero porque ya le afectaron la percepción y la forma de ver la realidad.

 

Sencillamente se equivoca cuando piensa que hay fuerzas oscuras intentando desprestigiar el trabajo de la actual administración.

 

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