A la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros le bastaron 15 días para apagar y controlar la rebelión al interior del Congreso del Estado que llevaba a cabo un grupo de diputados locales que pretendía realizar recortes al presupuesto de egresos del 2022 y crear el mal llamado “fondo moches”.

 

 

Los actuales legisladores no aguantaron la presión o quizá simplemente fueron seducidos por un poderoso incentivo para doblar las manos y entrar de nueva cuenta en la órbita de influencia de la mandataria morenista.

 

Sin duda, la Sexagésima Tercera Legislatura del Congreso del Estado de Tlaxcala no sólo será recordada como la que se enfrentó al entonces gobernador priista Marco Antonio Mena Rodríguez, quien terminó siendo doblado y obligado por una mayoría morenista y sus aliados a aceptar el “fondo moches” que permitió a los diputados disponer y manejar por tres años más mil millones de pesos que fueron etiquetados discrecionalmente a los presidentes municipales de la entidad.

 

Los ex diputados de Morena que crearon ese fondo y que supuestamente fomentaron la corrupción y se excedieron en sus funciones, hoy son funcionarios estatales emblemáticos que forman parte del gobierno de estado que está escribiendo la nueva historia de Tlaxcala.

 

La actual legislatura ya marcó su destino y no habrá mucho que esperar de ella. Su trabajo será gris y de ahora en adelante será sometida a la voluntad de la gobernadora que no tardó mucho en apaciguar esos espíritus libres que amenazaban con complicar la relación entre ambos poderes.

 

Ayer, el diputado del PT, Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, considerado como uno de los principales opositores de la gobernadora de Tlaxcala Lorena Cuéllar, se pronunció a favor del presupuesto que envió la mandataria sin dar una mayor explicación.

 

A través de sus redes sociales, ese camaleónico legislador escribió que la propuesta de gasto del 2022 realizada por la mandataria estatal tenía su confianza, lo cual nadie le creyó porque si alguien se la pasó criticando el documento y alentando la posibilidad de llevar a cabo recortes fue él, quien además no pudo ocultar la dolorosa derrota que le implicó quedarse sin el fondo moches.

 

Otros diputados opositores al gobierno morenista como la priista Blanca Águila Lima y el perredista Juan Manuel Cambrón Soria decidieron guardar silencio sobre el tema.

 

Se dice que ayer en la tarde la Junta de Coordinación y Concertación Política aún bajo la responsabilidad de Rubén Terán Águila determinó que el dictamen del presupuesto de egresos del siguiente año será aprobado sin el fondo moches, lo cual se espera que suceda este jueves si es que no se presenta ningún inconveniente.

 

El presupuesto del 2022 considera una partida de mil 600 millones de pesos para obras en los municipios tlaxcaltecas, recursos que según el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, serán distribuidos equitativamente y sin tintes partidistas o políticos, lo que implicará que cada uno de los 60 municipios recibirá una inversión de por lo menos 26.6 millones de pesos.

 

Ahora lo interesante sabrá conocer si el gobierno estatal destinará esos recursos a los ayuntamientos o también se hará cargo de ejecutarlos a través de la Secretaría de Infraestructura que controla el torpe Alfonso Sánchez García una vez que la Oficialía Mayor de Gobierno en manos del audaz Ramiro Vivanco Chedraui realice las licitaciones de todas las obras.

 

Habrá que ver si en esos procesos no existe corrupción y si realmente las licitaciones son abiertas y legales, porque sería lamentable que hubiera empresas constructoras favorecidas y que se empezara hablar que “la mochada” no fue para los diputados locales que renunciaron a su intentona de crear ese fondo, sino para ciertos funcionarios estatales.

 

El triunfo que implicará la cancelación del llamado “fondo moches” es de la gobernadora Lorena Cuéllar, sin embargo no faltarán uno que otro protagonista que buscará aprovechar la ocasión para adjudicarse ese logro, pero no le crea porque la que operó y concretó esa medida fue la mandataria que poco a poco se está empoderando más.

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