Algo tuvo que ver pasado el fin de semana para que las negociaciones sobre el llamado “fondo moches” encabezadas por la propia gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros con cada uno de los diputados locales se interrumpieran abruptamente.
Ayer por la tarde los legisladores locales que acudieron al Informe de los 100 días de Gobierno de Lorena Cuéllar no sólo fueron humillados con desplantes y mal trato, sino que fueron advertidos por la misma mandataria para que se abstengan de generar el fondo que les permite etiquetar recursos para obras en los 60 municipios de la entidad, porque según ella fomentan los moches y la corrupción, prácticas que no permitirá porque defenderá el presupuesto que es del pueblo.
La rudeza del mensaje y de trato provocó una gran molestia y enojo entre los diputados locales que no entendieron las razones de ese desprecio público, cuando los ex legisladores morenistas que aprobaron los moches y se beneficiaron de esos fondos ahora son impolutos funcionarios estatales y estaban sentados al lado y al frente de la gobernadora de Tlaxcala.
El presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso del Estado, el morenista Rubén Terán Águila, secundó la indignación de sus compañeros legisladores, pero sólo hizo tímidas protestas para mostrar, según él, su malestar con prudencia y caballerosidad, sin embargo hubo otros diputados con más dignidad como el panista José Gilberto Temoltzin Martínez que se retiró del evento.
Se dice que desde la semana pasada la mandataria estatal emprendió una operación para lograr el apoyo de cada uno de los diputados para aprobar el presupuesto de egresos del siguiente año sin modificaciones y sin el aval para generar una bolsa de 500 millones de pesos para ser distribuidos a los presidentes municipales como pasó en los últimos tres años, negociación que venía avanzando sin dificultades hasta ayer en la tarde que públicamente se evidenció otro rostro de la gobernadora.
No se sabe si la molestia de Lorena Cuéllar con los diputados locales era porque sus propuestas para encabezar la presidencia de la Comisión Permanente del Congreso de Estado, representadas entre los morenistas Miguel Ángel Caballero Yonca y Marcela González Castillo no prosperaron porque el grupo opositor nuevamente ganó la votación para imponer al delicado representante de Nueva Alianza, Bladimir Zainos Flores.
Con ese simple hecho quedó demostrado que el enlace de la gobernadora con los legisladores y operador “estrella” que no es otro más que el ex coordinador general de la campaña y hoy secretario del Medio Ambiente, el morelense Luis Antonio Ramírez Hernández, fracasó en su burdo intento por controlar la próxima representación legal del Congreso local con Caballero Yonca o la limitada Marcela González, ésta última despreciada por sus arranques “fifís” y por hacerle a la “super agente 99” por grabar torpemente conversaciones y sesiones de trabajo para reportar a los indisciplinados.
Hace unos días le comentaba que los roces y desencuentros entre los diputados locales con la mandataria estatal serían evidentes y que aumentarían. Ayer Lorena Cuéllar dejó bien en claro que no quiere que se apruebe el mal llamado “fondo moches” y que hará todo lo posible para evitarlo, aunque eso implique tener en los siguientes meses una pésima relación con el Poder Legislativo.
Hoy se podrá conocer si el enojo de los legisladores es real o sólo una pantomima cuando decidan si el presupuesto de egresos del 2022 será votado abiertamente o se recurrirá a las cédulas a fin de garantizar el anonimato de los diputados y las diputadas.
Por lo pronto, ayer Lorena Cuéllar marcó distancia con los actuales diputados locales, muchos de los cuales llegaron al edificio de la calle Allende porque ella los palomeó y arrastró en los pasados comicios, pero que por lo visto hoy muchos de ellos no están dispuestos a someterse a su círculo de influencia.
Lorena ya fijó su postura y por nada permitirá el “fondo moches”. Ahora sólo falta conocer si los diputados la desafían y concretan su propósito de mantener esa bolsa que crearon, avalaron, manejaron y disfrutaron los morenistas en la pasada legislatura.
Veremos y comentaremos.
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