A una funcionaria que le urge dejar el escenario mediático para empezar a dar resultados concretos es la actual procuradora de Justicia de Tlaxcala, Ernestina Carro Roldán, quien en los últimos días se la ha pasado prometiendo la apertura de la PGJE, la revisión de los expedientes de mujeres desaparecidas y combatir la corrupción , sin embargo es evidente que no realiza ninguna acción diferente a su antecesor para tratar de esclarecer los homicidios dolosos registrados, para llevar a la cárcel a las bandas dedicadas al robo y castigar a los responsables de atacar a balazos a un custodio, sólo por mencionar algunos hechos delictivos presentados recientemente.

 

 

Si la ex magistrada piensa que apareciendo en los medios de comunicación con declaraciones chafas y promesas huecas va a cambiar la imagen de la Procuraduría General de Justicia en el Estado se equivoca, porque en Tlaxcala hay un problema real de inseguridad que se puede observar todos los días con la difusión de noticias que refieren la presencia de homicidios dolosos, el atraco de comensales en un restaurante de Apizaco y el robo cometido contra Iglesias y una casa parroquial.

 

Hasta cierto punto resulta entendible la postura de las nuevas autoridades estatales de intentar dar una respuesta y consuelo a las familias que por varios meses y años han exigido justicia en la desaparición de sus hijas, demanda que fue olímpicamente ignorada por las administraciones de los gobernadores priístas Mariano González Zarur y Marco Antonio Mena Rodríguez, pero ese compromiso no puede absorber toda la atención de la procuradora Ernestina Carro, porque le guste o no su escritorio comienza a llenarse con expedientes y carpetas de investigación de recientes casos que también requieren su urgente ponderación.

 

Anoche se reportó que una joven mujer murió de manera instantánea al ser baleada por desconocidos en el municipio de Santa Apolonia Teacalco. Se sabe que en esa nueva agresión el acompañante de la víctima resultó herido.

 

Los hechos, según una nota del portal La Prensa de Tlaxcala, se registraron en la calle Los Rojas, colonia centro del municipio de Santa Apolonia Tecalco. La joven respondía al nombre de Wendy N. y su acompañante que resultó lesionado dijo llamarse Óscar N.

 

Valdría la pena que la llamada “fiscal de hierro” informara cuántos homicidios dolosos se han registrado del 31 de agosto a la fecha, así como el número de denuncias por robos y atracos presentadas en ese mismo lapso de tiempo para saber el estado que guardan esas carpetas, porque de nada sirve que Carro Roldán ande presumiendo por todos lados una etapa diferente en la PGJE cuando esa dependencia sigue igual o peor cuando estaba bajo el mando del oscuro ex procurador José Antonio Aquiahuatl Sánchez.

 

¿Habrá castigo para funcionarios de la Sefoa?

 

Una pregunta que flota en el aire es si habrá un castigo para los funcionarios de la Secretaría de Fomento Agropecuario que provocaron la muerte de 3 mil aves de traspatio que murieron en las instalaciones del Centro de Especies Menores del municipio de Ixtacuixtla.

 

Resulta que las aves que llegaron a ese centro con cuatro semanas de vida no recibieron el cuidado ni la atención necesaria durante la absurda decisión del dizque secretario de esa dependencia, Rafael de la Peña Bernal, quien tuvo la tonta ocurrencia de detener la entrega de esos animales porque el procedimiento lo había iniciado el gobierno de Marco Antonio Mena y era necesario revisar que no hubiera trampas o anomalías.

 

Pasaron los días y como en la Sefoa impera el caos, el desorden y el valemadrismo, el director de Ganadería, Isaac Andalco, no tuvo otra que notificar al títere de Rafa de la Peña que se habían muerto 3 mil aves por errores humanos y por la tardanza que hubo para agilizar el reparto de las mismas a los beneficiarios de ese programa.

 

Será que la inútil Contralora del Ejecutivo, Eréndira Cova Brindis, inicie una investigación para sancionar a los responsables de esa negligencia que implicó la pérdida de recursos públicos o su “amorcito corazón” José Manuel Hernández Sánchez, que se desempeña como su secretario particular, le recomendará no hacer nada porque podría resultar afectado uno de sus amigos como el mandilón secretario de la Sefoa, Rafael de la Peña.

 

Por cierto, la Sefoa tampoco está ajena a los cambios y a los reacomodos de personal lorenista, porque esta semana causó baja inesperadamente el director de Desarrollo Rural, Isaías Quintero, quien fue echado de la dependencia para dar cobijo a un “super recomendado” de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, el huamantleco Iván Medrano Sánchez que por fin aceptó un cargo digno a su nivel de influencia y cercanía con la nueva jefa política del estado.

 

La Sefoa pronto será una dependencia que dará mucho de qué hablar, porque saldrán a relucir las transas de los funcionarios priistas que hoy los impolutos servidores públicos de Morena no quieren investigar ni hacer públicas.

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