Si bien la gobernadora electa de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, no se cansa de repetir que ella es la mera mera y que nadie le impone colaboradores o recomendados en su administración, la realidad es que está abriendo espacios a políticos nefastos que operaron en su contra y que incluso se la pasaban hablando pestes de ella.

 

 

El pasado viernes le daba a conocer una lista de futuros funcionarios que estarían palomeados, a la cual habría que agregar a Alfredo Barbosa Bonola, quien fue designado ni más ni menos como Jefe de Oficina de la Gobernadora, cargo que seguramente le quedará muy grande a ese oportunista ex priista porque sencillamente se duda que tenga la capacidad, las relaciones, la experiencia y la inteligencia que en su momento mostró el poblano Alberto Amador Leal, cercano colaborador del actual mandatario estatal, Marco Antonio Mena Rodríguez.

 

Durante el pasado proceso electoral, Alfredo Barbosa, hermano de Viviana Barbosa Bonola, candidata a la gubernatura del partido Fuerza por México, sostuvo una entrevista con la entonces abanderada de Morena a suceder a Marco Mena, la ex funcionaria federal Lorena Cuéllar, a quien le ofreció 14 mil votos y poner en marcha una eficiente estructura política, ofrecimiento que al terminar la reunión provocó risas y burlas del equipo de lorenista que terminó por ignorar al hijo de Federico Barbosa.

 

Alfredo Barbosa trabajó en Puebla hace unos meses como funcionario federal y según se dice que no pudo con la responsabilidad que recibió. Durante el pasado proceso se habría aliado con la candidata del PRI a la gubernatura de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, pues no sólo colocó en su vivienda lonas promoviendo su nominación, sino que su estructura trabajó para ese proyecto.

 

No se sabe quién recomendó a Barbosa Bonola o qué influyó en Lorena Cuéllar, pero el pasado viernes ese tipejo fue designado Jefe de Oficina de la Gobernadora, posición que no se ha cansado de presumir entre los futuros funcionarios lorenistas que el pasado sábado recibieron una capacitación en materia de comunicación.

 

Pero no crea que es el único caso, pues resulta que el protagonista ex vocero de la Secretaría de Cultura donde despacha la convenenciera Alejandra Frausto Guerrero, Antonio Martínez Velázquez se perfila para asumir las riendas del Instituto Tlaxcalteca de Cultura que hasta enero del 2022 operará con el rango de Secretaría de Cultura de acuerdo con la reforma a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo que aprobaron “fast track” los sumisos diputados locales.

 

La gobernadora electa tenía palomeado otro nombre, sin embargo no pudo negarse a la recomendación de Alejandra Frausto, funcionaria que siempre la maltrató cuando se desempeñó como delegada de la Secretaría del Bienestar y encargada de los programas sociales de la administración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

 

De Antonio Martínez existen muchas historias y poco a poco saldrán a relucir. Se rumora que desde su posición en el gobierno federal ayudó al golpeteo mediático que enfrentó Cuéllar Cisneros, al grado que se especula que se sumó y ayudó al proyecto de Dulce Silva Hernández, quien buscó la candidatura de Morena al gobierno del estado.

 

Y para que quede claro que Lorena Cuéllar sólo se muestra intolerante a las recomendaciones cuando le conviene, le cuento que está por incumplir su palabra de designar a su amiga Margarita Cisneros en la dirección del Instituto Estatal de la Mujer, debido a que esa posición la está peleando una incondicional del aún diputado federal, Rubén Terán Águila, de nombre María Fernanda Garcés Lozano, Jefa de oficina de vinculación interinstitucional del IEM.

 

Esa íntima amiga de Terán Águila también está siendo impulsada por la priista Angélica Zárate Flores, actual directora del IEM, quien pidió a Nadine Gasman Zylbermann, titular del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), su intervención para que la gobernadora electa considerara a María Fernanda Garcés como próxima titular de esa dependencia, para lo cual ahora se dice que esa funcionaria apoyó a la morenista y que su nombre aparece en la red que se creó para sumar votos al proyecto lorenista.

 

Le cuento que entre los actuales funcionarios estatales que están por dejar sus cargos el próximo 30 de agosto, unos ya andan buscando quien los recomiende con la gobernadora electa, Lorena Cuéllar, a fin de que los consideren en otro puesto y sigan siendo parte de la burocracia dorada.

 

Uno que olvidó su priismo y hasta entregó su currículum vitae es el secretario de Turismo, José Antonio Carvajal Sampedro, quien tuvo el cinismo de pedir trabajo cuando se le acusa de haber desviado recursos del gobierno estatal para apoyar la campaña de la priista Anabell Ávalos, pues está documentado cómo utilizó un vehículo oficial para llevar utilitarios a la casa de la ex alcaldesa capitalina.

 

Otra funcionaria que también quiere olvidar su pasado priista y experimentar en un gobierno morenista es María Maricela Escobar Sánchez, titular de la Contraloría del Ejecutivo, quien desea seguir cobrando sin hacer nada.

 

Eladia Torres Muñoz, encargada de la Secretaría Particular del gobernador Marco Mena, no está negada a mantenerse en la administración, pero su prioridad es su equipo de trabajo y por eso cada que puede pide un chance y que consideren a sus recomendadas.

 

Finalmente, le cuento que el viernes por la tarde en el Club Campestre de Apizaco el gobernador Marco Mena sostuvo una comida de despedida con sus más cercanos colaboradores. La nostalgia se respiró en el ambiente, pero ya con unos alcoholes los funcionarios se envalentonaron y empezaron a criticar al equipo lorenista por inexperto, limitado y otros calificativos más que hace pensar que Lorena Cuéllar sigue jugando con políticos de tercera división.

 

A la comida dicen que no llegó Luis Miguel Álvarez Landa, Oficial Mayor de Gobierno, quien prefirió sostener su propia comida de despedida, la cual se llevó a cabo en la capital del estado.

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