En Tlaxcala arrancó la cuenta regresiva para llevar a cabo el relevo de autoridades, pero para mala suerte de los tlaxcaltecas existe más incertidumbre que certeza sobre lo que sucederá en los próximos días, sobre todo porque la tercera ola de Covid-19 puede alterar los planes que se están elaborando para la ceremonia oficial del relevo de gobernador y el incierto regreso a clases presenciales.

 

 

El incremento de contagios y de muertes provocadas por el mortal virus registrado a nivel nacional y en nuestra entidad hasta ahora no ha cambiado la decisión de llevar la rendición de protesta de la nueva gobernadora, Lorena Cuéllar Cisneros, en el estadio Tlahuicole, donde la intención es que sesione la próxima legislatura y atestigüen este hecho cientos de invitados.

La tercera ola de infectados de coronavirus con sus diferentes variantes tampoco ha incidido en que las próximas autoridades educativas reconsideren la instrucción del gobierno federal de iniciar el siguiente ciclo escolar con clases presenciales, pues se desconoce si los maestros tlaxcaltecas están de acuerdos y dispuestos a regresar a las aulas sin que se conozcan y estén definidos los protocolos de seguridad sanitaria y la estrategia operativa que se aplicaría en caso de que se presenten emergencias en algunas instituciones educativas.

Al comienzo de la actual pandemia el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez fue de los primeros mandatarios estatales en suspender las clases, incluso una semana antes de que esa medida fuera aplicada por la administración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Se habla que un médico que actualmente trabaja en el Hospital Infantil de Puebla de nombre Rigoberto Zamudio es el que se perfila para ocupar la Secretaría de Salud en Tlaxcala, sin embargo la versión no ha sido confirmada y se desconoce si ese doctor, en caso de ser el elegido, ya está definiendo la estrategia sanitaria que aplicará el nuevo gobierno para contener los contagios de Covid-19 y mejorar la atención a los pacientes que llegan a los nosocomios del estado.

El relevo de autoridades estatales y municipales se dará en un ambiente complicado y de incertidumbre por la tercera ola de Covid-19, por la zozobra de cientos de trabajadores que están temerosos por la posibilidad de perder su empleo en el gobierno de estado o en los ayuntamientos y por la evidente descomposición de la seguridad en territorio tlaxcalteca.

Los homicidios dolosos, la aparición de cuerpos, la mala actuación de agentes de investigación y los nulos resultados de la Procuraduría General de Justicia en el Estado a cargo del oscuro José Antonio Aquiahuatl Sánchez son cuestiones que mantienen preocupados a los ciudadanos y a las ciudadanas, pero también a las futuras autoridades que recibirán una montaña de expedientes incompletos y mal investigados que hará muy complicado hacer justicia.

En Tlaxcala se han registrado varios linchamientos y es la fecha que no hay ningún responsable o detenido. Los casos de mujeres desaparecidas han aumentado y tampoco se ha dado una respuesta favorable a los familiares que no pierden la oportunidad para exigir justicia. Los delincuentes vienen a la entidad a tirar cadáveres o partes de cuerpos y las autoridades de la PGJE salen que esos crímenes se cometieron en estados vecinos y que por lo tanto corresponde a otras instancias aclarar y resolver esos casos.

Agosto será un mes complicado para los tlaxcaltecas porque las autoridades que se van ya no tienen interés en atender y resolver los problemas que se registran y porque las que vienen podrán tomar decisiones hasta los primeros días de septiembre y tendrán cuatro meses para entregar resultados, porque al momento de ser evaluados si no cumplieron con las expectativas serán removidos, según lo ha venido reiterando la futura gobernadora Lorena Cuéllar en diferentes entrevistas.

A partir del lunes al gobierno de Marco Mena le quedará un mes de poder. En 30 días concluirá la era de las administraciones priistas que lograron mantenerse por diez años y ocho meses.

El 31 de agosto comenzará la etapa de Morena en el gobierno del estado con Lorena Cuéllar que, sin lugar a dudas, puede presumir ser la gobernadora más votada en la historia de Tlaxcala. Con ella surgirá una nueva clase política, porque la vieja y rancia que venía operando y exigiendo sus cuotas de poder decidió apoyar otro proyecto que fracasó en su intento por lograr la continuidad del PRI.

El cambio ya viene y pronto veremos cómo se escribe la nueva historia para Tlaxcala.

 

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