¿No hay diezmo?, olvídate que tu cuenta apruebe… ¿No aceptas a mi recomendada? Te costará muy caro… es la espeluznante historia del cuarto poder, sobrado, opaco, hijo rebelde de diputados y diputadas dedicados a cualquier cosa, menos a vigilarlo.

El Órgano de Fiscalización Superior (OFS) se erigió en el cuarto poder. No existe ente fiscalizable a salvo del impune fuero mostrado por el terrorista mayor de las auditorías y sus secuaces.

Son dos formas bien distintas del concepto “auditable”.

Una parte transita por las calles del desorden.

Caro pagan su atrevimiento, facilitando la operación tiránica de Crispín Corona y sus guajiros, entre cuyas proezas del terror fue documentado por autoridades de San José Teacalco, el rechazo sistemático de la cuenta pública 2009, por la negativa de dicho ayuntamiento a colocar en la nómina, a una mujer que vigilaría de cerca los pasos de la comuna.

De nombre Saraí Castillo, la señalada fue motivo para denunciar al auditor ante la Procuraduría de Justicia de Tlaxcala.

¿No la aceptan?, pues no se aprueba la cuenta pública. ¿Cómo la ven?

En teoría, los movimientos del OFS serían sancionados por el Congreso. ¿Sancionados?, por favor… ves la rogación y no te hincas! La mayoría de legisladores a penas puede con la gestión puntual de sus ingresos, y les pides examinar a la cueva donde operan Alí Babá Corona y sus cuarenta ladrones.

La novedosa forma institucional parecida al crimen organizado.

¿No hay diezmo? No pienses que tus cuentas van a pasar.

¿No accedes a mis peticiones de carácter político y personal? Simple, olvida cualquier relación armónica en el plano institucional.

Entre una legislación coja y la concentración brutal de poder en un elemento, nefasto, obscuro, oculto en alguno de los muros que resguardan, dentro del palacio legislativo, alguno de los incontables negocios, realizados en función del miedo.

Hoy, la extorsión se pintó de auditoría a la fuerza, con el despacho que convenga y con el precio dentro de los generosos excesos para la conveniencia de quien los ordena.

Ahí tienes a quienes fueron elegidos autoridades. Luchando entre sus miserias legítimas y su desconocimiento para sumar, restar y aplicar factores eficientes para el auditor tlaxcalteca aunque, lesivos para municipios o dependencias.

Ese cuarto poder tiene que refrenarse.

Pero hoy, como sucede muy a menudo, los diputados tienen otros asuntos (fiestas, borracheras inconclusas, tranzas, amantes aguardando mejores momentos) para ocuparse de revisar la legislación bajo la cual opera el OFS.

¡Salud por el cuarto poder!

¡Salud por la corrupción y la impunidad!

Crearon a un monstruo. Ahora no saben como controlarlo.

Unos que se van, otros que deberían irse

Tras la tragedia electoral panista del pasado cuatro de julio, unos se quitaron las máscaras y supusieron que mostrar su cinismo los haría más felices.

Otros decidieron cambiar su residencia, lejos del estruendo que consigo trae el inicio de un nuevo gobierno.

Es el caso del secretario de Fomento Agropecuario, Antonio Velázquez Nava, temporal operador que posibilitó sumar votos al PAN como no existía precedente.

Sabemos que se va. Suponemos que antepone el no contaminar el desempeño del sector campesino en esta etapa coyuntural.

Como quien dice, procedió a soltar los activos en ese rubro, conseguidos por el orticismo a lo largo de un esfuerzo de años. ¿Lo hará para que el marianismo se asuma líder; para que regresen liderazgos del pasado; o para que alguien aproveche el buen momento de organización que lega en el sector?

No sabemos.

Pero de que se va, se va.

En cambio, hay subsecretarios (de Educación), tan frescos que poco caso hacen a la no apetencia despertada en Mariano.

Suponen a su cínica expresión un salvoconducto para ablandar al gobernador electo. Craso error. Lo enervaron y, ya ve como se las gasta el libanés.

Mejor sería actuar como el otro libanés, por cierto cerrando a tambor batiente su papel en la Secretaría de Desarrollo Económico.

Guardó el bajo perfil, entendió el temperamento de Mariano (tan parecido al propio) y pudo colocar hasta la última palomita en la lista de pendientes en la dependencia cuyos anteriores titulares se debatían entre la falta de identidad y la venta de lencería (por cierto baratona…)