Violencia e inseguridad, el viacrucis del nuevo gobierno
Son datos oficiales y las cifras son contundentes. El gobernador de Tlaxcala, Marco Antonio Mena Rodríguez, está obligado a someter a análisis la designación de Hervé Hurtado Ruiz, pues su trabajo como responsable de la Comisión Estatal de Seguridad simplemente no se ve por ningún lado.
Si en los dos primeros meses del año se cometieron en Tlaxcala 83 homicidios, 659 robos comunes y 196 atracos en carreteras quiere decir que algo grave pasa en el estado.
Sería irresponsable afirmar que el crimen organizado ya rebasó la capacidad del Estado para contener esa ola delicuencial en Tlaxcala, sin embargo el gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez tiene la urgente necesidad de replantear su estrategia en materia de seguridad antes de que los delitos sigan creciendo.
De acuerdo con los datos que maneja el Sistema Nacional de Seguridad Pública y que ayer fueron dados a conocer por el diputado federal del PAN, Juan Corral Mier, la incidencia delictiva en enero y febrero del presente año fue de 548 casos por mes, cifra que resulta alarmante porque en 59 días se registraron 1096 ilícitos.
Con el número de robos en carreteras que se tienen asentados, quiere decir que cada día de enero y febrero se cometieron más de 3 hechos ilícitos de esa naturaleza, lo que demuestra que la policía estatal quedó superada por las organizaciones criminales.
Si el gobernador Marco Mena y sus funcionarios encabezados por la miope Anabel Álvarado Varela, secretaria de Gobierno, mantienen el discurso de que no hay crimen organizado y que los sucesos de los últimos días son normales y se trata de hechos aislados, corren el riesgo de enfrentar el malestar social que en breve podría manifestarse a través de una protesta pública.
Si bien la seguridad no entró en el trángulo de prioridades dadas a conocer por el propio gobernador, hoy que se cumplen noventa días de la nueva administración valdría la pena llevar a cabo un replantamiento de las necesidades que se requieren atender, porque el clima de inseguridad cada día contribuye a disminuir el lapso de tiempo que los ciudadanos dan a sus nuevas autoridades para entregar buenos resultados.
Los crimenes son la constante y no se ve una estategia para contener ese fenómeno, así como tampoco se observa un cambio en la impartición de justicia en Tlaxcala.
Se acuerda que el pasado 18 de marzo se dio a conocer que el presidente de la comunidad de Santa Cruz Aquiahuac, municipio de Santa Isabel Tetlatlahuca, Israel Cervantes, sobrino del procurador de Justicia, Tito Cervantes Zepeda, agredió con un arma de fuego a un policía auxiliar y luego realizó disparos contra patrullas municipales y estatales, pues resulta que el individuo está libre y sigue despachando como si nada hubiera pasado.
Trascendió que la persona que fue agredida mientras tomaba bebidas embriagantes con Israel Cervantes en el inmueble donde funciona la presidencia de comunidad, fue amenazado para declarar ante los agentes investigadores que el impacto que recibió fue un accidente, situación que ayudó al sobrino del procurador evitar la cárcel.
De los disparos hechos a las patrullas y a los policías municiplaes y estatales nadie sabe nada. Total a cualquiera se le puede subir las copas y echar loco.
Así es el tamaño de la impunidad en Tlaxcala.