Tiempos difíciles en el Colegio de Notarios

Rodolfo Ruiz R.

Cuentan que hacia la tercera o cuarta semana de enero tendría que renovarse el Consejo Directivo del Colegio de Notarios del estado de Puebla, pero que la elección podría posponerse en lo que pasa la tormenta y las aguas vuelven a su nivel.

Los motivos no son pocos. El primero es que ningún notario, comenzando por la presidenta saliente, Luz Verónica Morales Alfaro, quiere dar la cara frente al escándalo que envuelve al gremio por la opacidad y discrecionalidad con que se han otorgado las últimas notarías en la recta final del sexenio morenovallista.

La segunda razón es que no hay consenso sobre quién tendría que presidir el Consejo Directivo del Colegio. Se sabe que el más puesto para hacerlo es el vicepresidente José Othón Carriles Hanan, quien al parecer tendría el apoyo de Morales Alfaro pero el veto del gobernador saliente.

Según esta versión, el gobernador Rafael Moreno Valle querría que el Colegio fuera encabezado durante los dos siguientes años por un fedatario afín o de extrema confianza de uno de sus principales operadores políticos.

Un tercer motivo es que los notarios en funciones se sienten agraviados por el gobierno de Rafael Moreno Valle a través de la Secretaria General de Gobierno (SGG) y la Dirección General de Archivos y Notarías, y que en estas circunstancias podrían votar en contra si advierten una imposición.

Por todo ello es que varios notarios creen que lo mejor es retrasar unos días la renovación del Consejo Directivo del Colegio, en espera de que entre en funciones el gobierno de José Antonio Gali Fayad y se despresuriza el mal ambiente que hoy existe en el gremio.

Tal pausa incluso podría servir al notario 1 de Chignahuapan, Othón Carriles, a buscar el consenso de sus compañeros o conseguir que el veto que hoy tiene se lo levanten.

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