Súper Paty Leal o el don de la ubicuidad
Rodolfo Ruiz R.
La diputada Irma Patricia Leal Islas, que ya fue designada notaria pública en Cholula en la más absoluta opacidad —característica que siempre la ha acompañado— dice haber cumplido con todos los requisitos que exige la nueva Ley del Notariado para obtener su patente.
Lo mismo dice el director general del Archivos y Notarías del estado, Mauricio García León, sin embargo cuando se les requiere información acerca de dónde y con quién hizo sus prácticas, con qué conferencias y cursos organizados por el Consejo de Notarios acreditó su capacitación, dónde está la memoria de los trabajos que efectuó, qué fedatarios y funcionarios le evaluaron su desempeño, por qué nadie supo de sus exámenes que debieron ser públicos y con quiénes compitió en el examen de oposición, la respuesta es el silencio.
Un ominoso y cómplice silencio, que comparten los notarios en funciones, la barras y colegios de abogados de Puebla, el Colegio y el Consejo de Notarios presidido por Luz Verónica Morales Alfaro, los diputados y presidentes de partidos políticos de oposición y del bloque morenovallista, los rectores de las principales universidades y los cooptados dirigentes del sector empresarial.
¿Cómo pudo haber cumplido Patricia Leal con sus prácticas notariales, de cuatro horas diarias y durante un año de manera ininterrumpida, si en los últimos dos años estuvo metida en la grilla de tiempo completo: como diputada local por el distrito 10 con un horario de atención de lunes a viernes de 9 a 18 horas, como presidenta de la Comisión Inspectora de la Auditoría Superior del Estado (ASE) encargada de dictaminar las cuentas públicas de todos los sujetos obligados; como candidata suplente de Javier Lozano Alarcón al Senado de la República en las elecciones federales de 2015, y como operadora electoral en los comicios locales para gobernador del estado de 2016?
Pero además como secretaria de la Comisión Instructora de la LIX Legislatura y vocal de las comisiones de Derechos Humanos, Transparencia y Acceso a la Información Pública, Igualdad de Género, Migración y Asuntos Internacionales y Educación, que según el artículo 122 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo deben sesionar al menos una vez al mes.
¿Qué dejó de hacer súper Paty Leal para cumplir durante un año de manera ininterrumpida con cuatro horas diarias de prácticas notariales, para darse de tiempo de acudir y participar en cursos, conferencias y otros eventos académicos del Consejo de Notarios, para estudiar y prepararse en los exámenes teóricos y prácticos a los que supuestamente se sometió para obtener, primero, su patente de aspirante y posteriormente su patente de notario?
¿Acaso dejó de hacer su tarea como presidenta de la Comisión Inspectora, lo que explica el rezago de dos, tres, cuatro y hasta cinco años en la dictaminación de cuentas públicas de presidentes municipales en la Auditoría Superior del Estado?
¿Acaso se desentendió de las gestiones y peticiones de los vecinos de su distrito, o se ausentó de las sesiones de las siete comisiones ordinarias a las que pertenece en la LIX Legislatura, lo que explicaría el cúmulo de iniciativas que terminan en la congeladora legislativa o jamás se dictaminan en el Congreso del estado?
¿O será acaso que los poblanos no entendemos que Patricia Leal es una súper y talentosa política, legisladora y operadora electoral con atributos y cualidades excepcionales —y quizás hasta sobrenaturales como el don de la ubicuidad— que le permiten estar en dos o tres lugares o trabajos al mismo tiempo sin descuidar ninguno?
¡Al cuerno con ese cuento!
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