LA CORTE DE LOS MILAGROS

Rupturas en el Vértice, de Víctor Reynoso

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Rodolfo Ruiz R.

Rupturas en el vértice es un libro no de la historia del Partido Acción Nacional, sino de sus crisis y conflictos internos a lo largo de sus 77 años de existencia, y al mismo tiempo un texto para reflexionar sobre cuál será su futuro y el de sus principales figuras después del 2018.

Cuál de las redes que hoy marcan la dinámica y los alineamientos de sus miembros ganará la nominación presidencial, qué pasará con los líderes de aquellas que pierdan la contienda interna, se sumarán a la triunfadora, le jugarán las contras, se disolverán en otras redes emergentes o se llevarán sus clientelas electorales a otros partidos.

El libro de Víctor Reynoso plantea que el PAN, como todo partido político, no es una unidad homogénea, sino un conjunto de individuos que se agrupan y se organizan de formas muy distintas; unos para alcanzar los principios que le dieron origen y sentido durante décadas, el logro de bienes públicos, acordes con su doctrina y valores; y otros que lo han visto como un instrumento para acceder al poder y ejercerlo, privilegiando sus intereses particulares y los de su red por encima del bien común.

En el PAN no hay grupos cerrados, con organización e ideologías propias y con duración de largo o mediano plazo, y si existen son marginales. Lo que hay, abunda el autor, son más bien redes de relaciones en torno a líderes que poseen recursos morales, políticos o económicos, y que están en constante movimiento, interacción con otras redes y que se reconfiguran o desaparecen dando lugar a otras.

Reynoso dice que las redes son «sistemas de relaciones personales, informales, cara a cara, que se traslapan entre sí y son fluidas, pueden cambiar y reestructurarse con relativa facilidad, aunque algunas son de largo plazo» … «y son también transversales a los partidos políticos: la red de un político individual, sus amistades y alianzas personales, rara vez se limitan a su propio partido y suelen abarcar a políticos en partidos rivales«.

Tal concepto facilita la comprensión acerca de por qué los miembros de algunos grupos al seno de Acción Nacional no actúan en bloque, como los yunquistas que están repartidos en la red calderonista en torno a Margarita Zavala; en la red de Ricardo Anaya y, los menos, en la red de Rafael Moreno Valle.

También ofrece una explicación del por qué la red maderista que vivió su mejor momento cuando Gustavo Madero era presidente del PAN, hoy está en franca extinción o ya desapareció para adherirse a la red del gobernador electo de Chihuahua, Javier Corral; y por qué figuras del calderonisno como Roberto Gil Zuarth y Luis Felipe Bravo Mena hoy forman parte de otras redes.

De igual manera explicaría los pleitos entre líderes panistas que no hace mucho pertenecían al mismo grupo o eran aliados como Gustavo Madero y Ricardo Anaya; Felipe Calderón y el gobernador de Puebla; o el conflicto epistolar entre el ex presidente de la República y quien fuera su director del IMSS y secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas.

En las 440 páginas de Rupturas en el vértice, Víctor Reynoso tiene la virtud ir más allá de un recuento historiográfico de personas, fechas, lugares y actores involucrados en la fundación del PAN y el círculo de sus padres fundadores, Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna; de sus inicios como partido de oposición al régimen pos revolucionario; de su radicalización al final de la década de los cincuentas con Luis H. Álvarez; de su distanciamiento de la democracia cristiana; de sus acercamientos con los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz y Carlos Salinas de Gortari; de su consolidación dentro del sistema electoral y el sistema de partidos; y de sus conflictos y escisiones a lo largo de su historia.

El gran mérito del libro es la contextualización que el autor hace de los momentos de crisis y rupturas en el PAN, pero también de los momentos que han moldeado el pensamiento y el comportamiento de sus dirigentes nacionales.

Gracias a este conjunto de circunstancias políticas, sociales y económicas, la obra que hoy comentamos ayuda al lector a comprender por qué el PAN nace como un partido de cuadros que tiene como principales protagonistas a universitarios, empresarios e intelectuales; por qué adquiere fama de católico no obstante que sus fundadores estuvieron siempre de acuerdo con el laicismo; y por qué a pesar de las divisiones que ha enfrentado por la ruptura de los jóvenes demócrata-cristianos en 1963; los solidaristas en 1978 y los foristas en 1992, Acción Nacional no sólo no se desfondó sino que pudo subsistir y ganar la presidencia de la República en el año 2000.

Pero también porque su fundador, Manuel Gómez Morín, era un admirador de las «normas vitales» de España del final de los años treinta pero no del dictador Miguel Primo de Rivera, como erróneamente ha dicho la investigadora Soledad Loaeza; porque es errónea la interpretación de que el PAN no postuló candidato presidencial en 1976 como un acto de protesta contra el monopolio del PRI y el fraude electoral, sino por la peor división en su historia; y porque hoy el PAN se encuentra ante la disyuntiva de retomar los principios y valores de sus fundadores, es decir de volver al panismo, o mantenerse como una organización política pragmática, cuyo propósito principal consiste en obtener el poder y ejercerlo conforme sus intereses personales y colectivos.

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