Del amasiato del PRI y el PAN, el PRIAN, Moreno Valle y cosas peores
Rodolfo Ruiz R.
El Amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas, del periodista Álvaro Delgado es un libro que ofrece varias lecturas políticas sobre el pasado reciente, el presente y sus actuales protagonistas, y el futuro inmediato de cara al 2018.
Es una investigación que, siguiendo la técnica del reportaje periodístico, nos ayuda a comprender y a explicar el trasfondo de los contubernios entre los gobiernos del PAN y el PRI, el por qué el PAN y sus dirigentes han abandonado en la praxis los principios doctrinarios de sus fundadores, el alto costo político que para la democracia mexicana ha significado la alianza de los gobiernos panistas con el duopolio televisivo y otros poderes fácticos, y el por qué en 2018 ambos partidos podrían volverse a confabular para impedir el triunfo de Andrés Manuel López Obrador.
La obra de Álvaro Delgado es un recuento ácido, muy ácido, de cómo el PAN y sus dirigentes no sólo fracasaron en su promesa de combatir la corrupción, sino que terminaron siendo parte de ella; de cómo en aras de impulsar o blindar una candidatura presidencial (como la de Juan Camilo Mouriño) los panistas pueden pactar hasta con sus enemigos históricos y coludirse con ellos para dejar en la impunidad un desvío de 500 millones de pesos de Pemex al PRI (el Pemexgate).
Es también una revisión histórica de cómo tres de sus principales figuras en los últimos 30 años se han sometido o amafiado con Peña Nieto. En palabras de Álvaro Delgado: «Vicente Fox se hizo su más connotado propagandista, Diego Fernández de Cevallos se regodea con su amistad y Felipe Calderón pacto con él, en 2006, recibir los 200 mil votos priistas con los que oficialmente ganó la Presidencia de la República«.
La premisa central del libro la constituye este pacto, resultado de una reunión de hora y media en la suite del hotel Nikko, en la exclusiva zona de Polanco en la Ciudad de México, entre Peña Nieto, entonces gobernador del Estado de México y el candidato del PAN, Felipe Calderón, semanas antes de la elección presidencial del ese año.
Dicho pacto, confirmado al periodista por el artífice de la nocturna reunión, el entonces alcalde con licencia de Tlanepantla Ulises Ramírez, es el punto de partida de El Amasiato y del arriesgado —por no decir temerario— argumento de su autor para suponer que por esa, entre otras razones, Felipe Calderón abandonó a Josefina Vázquez Mota en la campaña presidencial de 2012, y la esposa de éste, Margarita Zavala, podría convertirse en la candidata presidencial que impida en 2018 el triunfo de López Obrador.
Esto último, debo matizar, no lo dice explícitamente Álvaro Delgado pero lo sugiere en varias partes de su texto, al destacar el parentesco político de la esposa de Felipe Calderón con el actual secretario de Hacienda, Luis Videgaray, casado con una prima de Margarita Zavala; y los recursos que desde la Presidencia de Calderón se destinaron a la firma De la Riva Información Estratégica para construirle una imagen como integrante del PAN y para apoyar logísticamente, con efectivos del Estado Mayor Presidencial, sus giras y recorridos por diferentes partes del país.
El capítulo 11 del libro está dedicado en buena medida al gobernador de Puebla, a quien ve como un prospecto presidencial del PAN, partido al que se acomodó en 2006 —dice el autor— «de la mano de Calderón y Elba Esther Gordillo, sólo tras ser marginado por Mario Marín para ser senador priista».
Álvaro Delgado mira —o miraba antes de las elecciones de junio 2016— con escepticismo el proyecto presidencial de Moreno Valle, pues decía que su futuro dependía en buena medida de ese proceso y del triunfo de su delfín José Antonio Gali.
¿Ahora que el gobernador de Puebla pasó con éxito esa aduana, lo seguirá viendo igual? ¿Moreno Valle, al que etiqueta como el góber mafioso, no será parte de un nuevo pacto del PRIAN para contener en 2018 al aspirante que hoy encabeza la mayoría de las encuestas electorales: Andrés Manuel López Obrador?
La lectura de El Amasiato deja a los lectores, o al menos a mí, la sensación de que el PAN y el PRI están más cerca de lo que política, ideológica y programáticamente parece.
Basta con echar un vistazo a los gobernadores en funciones y a los gobernadores electos del PAN para comprobar que la mayoría de ellos no sólo tiene su origen en el PRI, sino que han gobernado o están rodeados de priistas.
De las siete gubernaturas que el PAN ganó en las recientes elecciones del primer domingo de junio, en tres llegan panistas puros —Martín Orozco en Aguascalientes, Javier Corral en Chihuahua, y Francisco García Cabeza de Vaca en Tamaulipas— y en cuatro ex militantes del PRI como José Rosas en Durango; José Antonio Gali en Puebla; Carlos Manuel Joaquín en Quintana Roo y Miguel Ángel Yunes en Veracruz.
En Puebla, Moreno Valle es un gobernador emanado del PAN que gobierna con ex priistas; al igual que Gabino Cué lo hizo en Oaxaca y Mario López Valdez en Sinaloa, todos ellos postulados hace seis años por el PAN y el PRD.
Todo lo anterior me lleva a cuestionarme si en 2018 no veremos una alianza de facto entre ambos partidos, ya sea con José Antonio Meade o José Calzada Rovirosa, con Margarita Zavala o con algún otro personaje que aglutine al PRIAN, entre los que por supuesto no habría que descartar al gobernador saliente de Puebla.
A nivel local la lista de políticos del PRI y el PAN que estarían encantados con esta coalición es abundante: Fernando Morales Martínez, David Villanueva Lomelí, Juan Pablo Piña Kurczyn, Jorge Estefan Chidiac, José Antonio Gali Fayad, Eukid Castañón Herrera, Jorge Aguilar Chedraui, Marcelo García Almaguer y un largo etcétera, etcétera.
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Si la presentación pública del libro El Amasiato resultó muy interesante, la sobremesa con su autor lo fue aún más por los detalles que contó sobre los grupos y las divisiones al interior del PAN, la división de los yunquistas que mayoritariamente están con Margarita Zavala Gómez del Campo, pero también con Ricardo Anaya Cortés; y las posibilidades de Rafael Moreno Valle en 2018 y en 2024, y su proyecto de convertir a su esposa Martha Erika Alonso Hidalgo en la futura gobernadora de Puebla.
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En la sobremesa que tuvo como anfitrión al periodista Jesús Manuel Hernández, el reportero del semanario Proceso afirmó que para él el candidato del PAN a la presidencia de la República no será la esposa de Felipe Calderón, sino el actual presidente del CEN, Ricardo Anaya, en virtud de las posiciones que puede ofrecer para sus simpatizantes en el 2018: candidaturas a gobernadores, al Senado de la República, a diputados federales y a diputados locales, así como a presidencias municipales.
Margarita Zavala, a diferencia de Ricardo Anaya, sólo puede ofrecer expectativas pero no candidaturas a puestos de elección popular, y eso en el PAN puede hacer la diferencia, acotó.
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El periodista Álvaro Delgado reveló que en algunas encuestas hechas a la militancia del PAN, entre ellas la de la firma Gea Isa, Ricardo Anaya ya supera a Margarita Zavala.
Lo anterior dijo es muy relevante dado que esta casa encuestadora está ampliamente identificada con el ex presidente Felipe Calderón, quien en los hechos es el principal impulsor de su esposa para el 2018.
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Sobre el posible candidato del PRI a la presidencia de la República, Álvaro Delgado afirmó que en el corto plazo sólo se ven dos: el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade, en quien podrían converger una amalgama de intereses del PRI y el PAN, pero también de grupos fácticos de poder y organismos internacionales financieros.
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Este miércoles de 12 a 13 horas se llevará a cabo el panel La búsqueda de sí mismo San Agustín y los espíritus inquietos, el cual será impartido por Manuel Díaz Cid y Fidencio Aguilar Víquez.
La entrada es libre a todo el público y se efectuará en el salón 250 del edificio T en el campus central de la institución.
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