LA CORTE DE LOS MILAGROS

Disidencia magisterial, campo de batalla por la sucesión

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Mario Montero y Darío Carmona, complican el problema
El conflicto podría escapar al control gubernamental

Un conflicto que desde hace semanas pudo haberse resuelto, pero que aun sigue latente a pesar del riesgo de que en cualquier momento se salga del control gubernamental, es el protagonizado por la disidencia magisterial, que para este lunes prepara nuevas protestas y manifestaciones por los descuentos a 300 de sus dirigentes en todo el estado.

Dicho conflicto, que no escapa a la pugna que se libra al seno del PRI por la sucesión de Casa Puebla, tiene confrontado al secretario de Gobernación, Mario Montero Serrano, con los secretarios de Desarrollo Social, Javier López Zavala, y de Educación Pública, Darío Carmona García.

Montero Serrano quiere que Darío Carmona sea quien pague los platos rotos de la rebelión de los opositores de Elba Esther Gordillo, primero por haberlos alentado y hasta financiado, vía el Consejo Democrático Magisterial Poblano, y luego por pretender acallarlos valiéndose de amenazas y descuentos de nómina.

Y Darío Carmona quiere que los desmanes provocados por los disidentes —y que se han traducido en suspensión de clases, en tomas de Coordinaciones Regionales de Desarrollo Educativo (Cordes), y hasta en cierre de carreteras— dejen mal parado al secretario de Gobernación, frente a su jefe el gobernador del estado, quien le encargó la solución del problema.

Los disidentes del SNTE han sido utilizados —desde el origen del conflicto— por uno y otro grupo como ariete electoral y factor de desestabilización.

Carmona y Zavala los usaron para dividir al SNTE mediante la creación de un frente antielbista —conformado por ex dirigentes magisteriales priístas como Gonzalo Amador Juárez Uribe y Cutberto Cantorán Espinosa— que se diera a la tarea de mantener ocupados a los secretarios generales de las secciones 23 y 51, Eric Lara Martínez y Cirilo Salas Hernández, y de alejarlos del proyecto político del senador Rafael Moreno Valle Rosas rumbo a la gubernartura.

Lo que Darío Carmona nunca se imaginó es que el movimiento se le iría de las manos, después de las primeras protestas y movilizaciones contra la Alianza por la Calidad de la Educación, cuando la SEP estatal echó mano de miembros de la Coordinadora para magnificar el repudio hacia los dirigentes del SNTE.

Cuando la Coordinadora se hizo del control de la disidencia —por medio del Consejo Democrático Magisterial Poblano— desplazó a los operadores priístas y nombró como secretarios legítimos a Gilberto Maldonado Maldonado, en la Sección 23, y a Juan Durán Martínez, en la Sección 51.

Mario Montero fue instruido entonces por el gobernador Mario Marín, para resolver el conflicto.

Lejos de desactivar a los opositores, el secretario de Gobernación ha pretendido reencausar sus protestas, pero sin mucho éxito, en parte por la raja política que quiere sacar de su interlocución.

En las negociaciones de Montero con la disidencia, éste insiste en que el gobierno marinista comparte la lucha de los opositores de Elba Esther Gordillo por democratizar al SNTE y ofrece que ningún disidente será objeto de represalias, pero en los hechos Darío Carmona actúa en sentido contrario. Los desconoce, los amenaza y hasta les descuenta su salario.

De ahí que el conflicto protagonizado por la disidencia del SNTE esté hoy a punto de salirse del control gubernamental.

EN CORTO
Simón dice:

 “No existe la guerra inevitable. Si llega, es por fallo del hombre”
Andrew Bonar Law, político inglés.

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