LA CORTE DE LOS MILAGROS

¿Y si las elecciones se repitieran con nuevos candidatos?

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  • Invitados y ausentes en la boda de César Yáñez y Dulce María Silva
  • Claudia Ruiz Massieu, la aliada priísta de Moreno Valle en el conflicto postelectoral

Ante las dudas electorales que existen sobre quién en realidad ganó los comicios para gobernador, la parcialidad mostrada por los consejeros del IEE y los magistrados del TEEP y la fundada sospecha de que las elecciones de Puebla no fueron del todo limpias, lo mejor sería que se repitieran y con nuevos candidatos para terminar con la polarización social que éstos han generado durante el proceso y el conflicto postelectoral.

Si las cosas se quedan como están, los conflictos políticos y los choques entre autoridades y poderes de los tres órdenes de gobierno serán la constante, como ya se ha visto en los últimos días.

Los morenovalle deben entender que su forma y estilo de gobierno agravió a miles de poblanos, y que si la gente no les refrendó mayoritariamente su apoyo en las urnas fue por esa razón, y los de Morena darse cuenta que si la gente votó por ellos, no fue por ellos mismos, sino gracias a Andrés Manuel López Obrador quien fue capaz capitalizar en sufragios el hartazgo de millones de mexicanos y poblanos.

El recuento de votos casilla por casilla realizado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sobre la paquetería de los comicios de Puebla, y cuyo resultado se reservó, nunca tuvo el propósito de confirmar o revertir el triunfo inicial de Martha Erika Alonso Hidalgo.

El recuento ordenado por la Sala Superior del TEPJF se hizo para abonar a la certidumbre electoral, para revisar los votos emitidos a favor de una y otra coalición, así como los votos nulos, y para corroborar en la propia paquetería las anomalías denunciadas por Morena durante los cómputos distritales.

Los magistrados de la Sala Superior han advertido en algunas casillas y distritos, inconsistencias graves e irregularidades evidentes.

Sin embargo, el recuento fue sólo un paso, una etapa más, que dará a los magistrados del máximo Tribunal Electoral elementos adicionales para decidir si anulan o no los comicios en los que Martha Erika Alonso resultó ganadora, una vez que les llegue el recurso de impugnación principal, que los magistrados del Tribunal Estatal deberán resolver antes del 10 de octubre.

El fallo de éstos es más que previsible. Con toda seguridad, dos de los tres magistrados del TEEP avalarán el triunfo de la esposa del ex gobernador Moreno Valle y entonces Morena se inconformará y el caso llegará al TEPJF, que tendrá hasta el 14 de diciembre para resolver si Martha Erika mantiene su constancia como gobernadora electa o si los comicios se anulan y tienen que repetirse.

Personalmente creo que lo mejor para Puebla sería una nueva elección, organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE), y con candidatos nuevos, para evitar la polarización que hoy tiene dividida a la sociedad poblana.

De lo contrario vamos a seguir viendo en el Congreso del estado una Legislatura más preocupada en cobrar venganza y en echar abajo todas las reformas y proyectos del ex gobernador Moreno Valle que en atender el rezago legislativo y lograr una sana e institucional división de poderes; controversias entre poderes y distintos órdenes de gobierno; y una gobernadora acotada, por un presidente de la República que la percibe como producto de un fraude electoral, por una mayoría legislativa que siempre buscará meterle el pie, por presidentes municipales que le jugarán las contras y por un coordinador estatal del gobierno federal que hará las veces de vicegobernador con las partidas, obras y proyectos del gobierno de la República.

En caso de elecciones extraordinarias, Morena tendría que valorar la conveniencia de volver a nominar a Luis Miguel Barbosa Huerta que, dicho sea de paso, no es bien percibido por amplios sectores de la población, o postular a un nuevo candidato que no tendría todo el impulso electoral de la ola lopezobradorista del 1 de julio; y el grupo de Moreno Valle analizar si vale la pena arriesgar a Martha Erika o mandar a la contienda a una figura más ciudadana o menos polarizante como el presiente municipal saliente Luis Banck Serrato.

EN CORTO

La boda civil y religiosa que este sábado protagonizaron en Puebla la empresaria Dulce María Silva y uno de los hombres más cercanos al presidente electo, César Yáñez Centeno, tiene muchas aristas interesantes.

En el plano político hay que destacar la presencia de Andrés Manuel López Obrador, su esposa Beatriz Gutiérrez Müeller y todos sus hijos, con excepción del menor, así como de los gobernadores electos de Tabasco y Veracruz, Adán Augusto López y Cuitláhuac García, y la futura jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, además del gobernador de Chiapas y senador con licencia Manuel Velasco.

También fue significativa la presencia del gobernador de Puebla, José Antonio Gali Fayad, quien fue uno de los testigos del enlace civil, junto con Andrés Manuel López Obrador, y la ausencia del ex candidato a la gubernatura de la coalición Juntos Haremos Historia, Luis Miguel Barbosa, quien hasta donde se sabe no fue invitado.

Otros que sí fueron requeridos y asistieron a la boda, en la Capilla del Rosario, o al festejo en el Centro de Convenciones, fueron la presidenta municipal electa de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, en compañía de dos de sus hermanos, los senadores Alejandro Armenta Mier y Nancy de la Sierra, quien acudió del brazo de su esposo José Juan Espinosa, presidente del Congreso del estado, el diputado federal y coordinador parlamentario del PES, Fernando Manzanilla, y el ex dirigente estatal de Morena, Fernando Jara.

Otros invitados fueron el líder de la fracción de Morena en el Senado, Ricardo Monreal y su hermano David, quien será subsecretario de Ganadería; el jefe del gabinete de AMLO, Alfonso Romo; y el futuro coordinador estatal de Jalisco, Carlos Lomelí.

El gobernador Gali Fayad, quien no asistió a la ceremonia religiosa que ofició el arzobispo Víctor Sánchez, pero sí a la boda civil lo hizo acompañado de su esposa y su hijo mayor Tony Gali López. Fueron invitados de la novia, la empresaria Dulce María Silva, quien durante el sexenio de Rafael Moreno Valle fue encarcelada durante 18 meses para quitarle un terreno ubicado a un costado del Centro Comercial Angelópolis.

La fiesta fue amenizada por Los Ángeles Azules, el cantante Paco de María y el grupo Matute de Jorge D’ Alessio.

Durante el festejo se sirvió un menú de cinco tiempos que incluyó cola de langosta y filete de res a la Bordelesa.

Hay que decir la novia y su familia son gente de dinero, dueños de la Empacadora Silva y de marcas como El Cerdito cuyos productos se venden en tiendas de conveniencia y súper mercados de distintas ciudades del país.

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Cuentan que varios ex diputados locales y federales y ex dirigentes estatales del PRI como Jorge Arroyo, Valentín Meneses y Germán Sierra decidieron no asistir el sábado a una reunión con su presidenta nacional Claudia Ruiz Massieu, para mostrar su inconformidad con la desaseada postura que el PRI ha asumido frente al conflicto postelectoral que vive la entidad.

Entre esos ex dirigentes y algunos ex diputados locales y federales como Adela Cerezo, Alberto González, Oscar Aguilar y Humberto Aguilar hay la convicción de que el PRI jugó a perder las pasadas elecciones y que ahora el CEN y el CDE están prestándose a integrar un gobierno de coalición con Martha Erika Alonso, a sabiendas que los únicos beneficiados de ese entuerto serán Claudia Ruiz Massieu, su amigo Rafael Moreno Valle y el grupo de Enrique Doger.

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