Decálogo de cómo y por quién votar el 1 de julio
Si usted como yo no sabe por qué partido o candidato votar en las elecciones del 1 de julio, porque ninguno lo convence o porque entre sus abanderados hay unos con buenos perfiles, otros francamente desconocidos, y otros que dejan mucho que desear o con una trayectoria muy cuestionable, le propongo lo siguiente:
- Vote privilegiando al candidato y no al partido, partidos o coalición que lo postule. No vote todo igual, sino de manera selectiva favoreciendo al mejor o, en el peor de los casos, al menos malo.
- No desperdicie su sufragio por un candidato o partido que carezca de posibilidades de ganar. Ejerza con tino e inteligencia su voto útil.
- Opte por aquellos que sin trampas o argucias se han abierto —o mostrado plena disposición— a transparentar sus bienes patrimoniales, cuentas bancarias y declaraciones fiscales.
- Desconfíe de los políticos promiscuos que cambian de un partido a otro sin rubor, aun cuando sean ideológicamente antagónicos, o de los políticos chapulines que saltan de un cargo a otro sin concluir nunca el periodo para el que fueron popularmente electos.
- Inclínese por políticos que planteen propuestas concretas a los principales problemas en el ámbito de su competencia, analizando si éstas son viables o no. Es importante que en este apartado el candidato no sólo diga qué haría, sino cómo y con quiénes se apoyaría.
- Si se trata de candidatos a puestos ejecutivos, es decir presidentes de la república, gobernadores y presidentes municipales, vote por aquellos que le digan con quiénes gobernarían. Si los políticos le ocultan esta información es porque carecen de especialistas en los temas o sus posibles colaboradores son poco aptos o confiables.
- En el caso de candidatos a cargos legislativos, pondere su preparación profesional o experticia en alguna materia, y su capacidad para redactar alguna iniciativa o elaborar una ley, pero sobre todo su talante para privilegiar el interés general sobre los intereses de partido o grupo político. Un candidato a diputado o a senador que a cambio de su sufragio sólo le ofrezca gestionar obras, proyectos y recursos no es confiable.
- Desconfíe de los candidatos que rehúyen los debates entre pares, las entrevistas periodísticas en medios independientes o la confrontación de ideas y proyectos, pero cuyas fotos y videos muy bien producidos están en todas partes. Tienden a ser falsos.
- Apoye a los candidatos jóvenes con ideas frescas y fuerza de voluntad para sacarlas adelante, y a las candidatas preparadas que quieren ganarse por méritos propios —y no por la llamada cuota de género o por ser esposa, hermana o pariente de un poderoso— un lugar en la política.
- Y finalmente vote racionalmente por aquellos y aquellas cuyas propuestas de campaña no se aparten del sentido común y tengan como propósito resolver problemas o encontrar soluciones, sin posturas populistas y mesiánicas o afanes revanchistas, clasistas o excluyentes.
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