Alejandro Hernández Daniel
Esta semana fue celebrada la décimo séptima edición del Congreso Mexicano de Historia de la Ciencia y de la Tecnología, con una duración de tres días entre ponencias y conferencias magistrales en formato virtual, organizado en esta ocasión por la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y de la Tecnología A.C., fundada por Enrique Beltrán Castillo y por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (CINVESTAV), prestigiosa institución académica de relevancia nacional e internacional.
En la inauguración del evento, el pasado 9 de noviembre, como bien señaló la doctora Cecilia Bañuelos Barrón, investigadora del CINVESTAV Unidad Zacatenco, “el doctor Enrique Beltrán Castillo tuvo una excepcional visión al fundar en 1964 la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y Tecnología, con lo cual hizo un gran aporte al sistema científico nacional”, afirmación por demás precisa y valorada por todos aquellos que nos interesamos en esta disciplina.
A manera de legado, el fundador de la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y de la Tecnología, el biólogo y doctor Enrique Beltrán, comenzó su acercamiento, familiaridad e interés por la historia entre conversaciones que mantenía con su padre, quien fuera ingeniero naval, la lectura de novelas de autores franceses como Víctor Hugo, Honoré de Balzac y Alexandre Dumas, así como referencias históricas constantes que escuchaba de sus profesores en la Facultad de Altos Estudios, como Agustín Reza, Guillermo Gándara, Alfonso Luis Herrera López y Manuel Villada, dedicándose de manera constante a este campo en la década de los años treinta, especialmente a la historia de la biología.
Describió que, en aquellos años, las carencias se podrían calificar de numerosas en lo concerniente a dos aspectos: la ausencia de lugares y obtención de grados universitarios superiores que otorgaran el título correspondiente a aquellos interesados en la historia de la ciencia y, en segundo lugar, la falta de una agrupación que cultivara estos intereses. Motivo por el cual, en 1962, durante una sesión de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, propuso la conformación del Primer Coloquio Mexicano de Historia de la Ciencia, que se materializó del 2 al 7 de septiembre del año siguiente, adhiriéndose también la Asociación Mexicana de Historiadores.
Como consecuencia de tal reunión se conformó la primera mesa directiva de la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y de la Tecnología, siendo el doctor Enrique Beltrán su presidente; José Joaquín Izquierdo, vicepresidente; Germán Somolinos d´Ardois, secretario general; Francisco Martínez Cortés, secretario de actas; y Samuel Fastlich como tesorero.
En una publicación de su autoría fechada en 1985, al hacer un recuento de los estudios dedicados a este ámbito desde la fundación de la Sociedad que se empeñó en crear, señaló que se había hecho un progreso importante y que se sentía satisfecho de que las adversidades iniciales se habían vencido y que encomendaba a las siguientes generaciones continuar con tal tarea, además de legar su entera responsabilidad.
Por otra parte, el congreso fue subtitulado “Recordando a Rolando García”, con el objetivo de dedicarse a la memoria y sustancial aporte a este campo del físico, historiador de la ciencia y epistemólogo argentino.
Originario de la ciudad de Azul, provincia de Buenos Aires, Rolando García Boutigue, se graduó como físico en la Universidad de California, teniendo como interés la hidrodinámica y termodinámica, llegando a entablar contacto en aquel país con Rudolf Carnap y Hans Reichenbach, positivistas lógicos exintegrantes del conocido Círculo de Viena. Al volver a su país, después de concluir sus estudios, se desempeñó durante un tiempo como vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, donde se opuso a la dictadura militar y golpe de estado de Juan Carlos Onganía, por lo que fue encarcelado, vejado y torturado. Consiguió salir de su cautiverio y se exilió en Europa.
En su paso por Francia y Suiza conoció, por mediación de su esposa, la psicóloga e investigadora Emilia Ferreiro, al epistemólogo Jean Piaget con quien comenzó una fructífera colaboración, no sin antes afirmar que el encuentro con Piaget cambió para siempre los fundamentos y conceptos que tenía sobre la ciencia en aquel momento.
Al poco tiempo de morir Piaget decide refugiarse en México, en el año de 1981, donde comienza a trabajar en la Universidad Autónoma Metropolitana campus Xochimilco. Después fundó la sección de Metodología y Teoría de la Ciencia del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del CINVESTAV y, finalmente, pasó sus últimos años adscrito como investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México.
García Boutigue fue un científico de trayectoria notable, constantemente invitado a congresos anuales por la NASA e involucrado en estudios tan relevantes como la producción agrícola y el cambio climático. Sus últimos estudios estuvieron dedicados a la investigación de los sistemas complejos, antes de fallecer en el año 2012.
Es la primera ocasión que una edición de este congreso se lleva a cabo de manera virtual, sin embargo, cabe señalar que a pesar de los obstáculos, y ante una sugerida cancelación que por fortuna no prosperó, representó un éxito la participación de investigadores de probada trayectoria a nivel nacional representando a instituciones como: el Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales del Instituto Politécnico Nacional; la Facultad de Filosofía y Letras UNAM; el Instituto de Energías Renovables UNAM; la Universidad Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco; la Universidad Autónoma del Estado de México; MejorEdu; la Escuela Normal Superior de Jalisco; la Universidad de Guadalajara; la Universidad de Quintana Roo y la Universidad Javeriana.
Además, contó con la participación de distinguidos investigadores invitados de países como Argentina, Brasil y Colombia, como es el caso de los investigadores Hebe Vessuri, Pablo Kreimer, Andrés Guzmán, Renato Dagnino, Irlan von Lisengen, entre otros más.
Para finalizar, en el año de 1963, durante el Primer Coloquio de Historia de la Ciencia que se celebraba en nuestro país, el doctor Enrique Beltrán Castillo afirmó en su discurso inaugural que el estudio de la historia de la ciencia: “es uno de los más valiosos instrumentos para integrar la personalidad intelectual, sea que se mueva en el campo de la ciencia o que se ocupe de humanidades”, además de que “los nuevos historiadores de la ciencia, los que han obtenido un mejor entrenamiento que el que nosotros tuvimos, serán los mejores coordinadores de la educación científica en todas sus formas y, lo que es aún más importante, constituirán el necesario enlace nuestros técnicos bárbaros y los bien intencionados humanistas”.
La resistencia de Rolando García y las palabras de Enrique Beltrán aún mantienen vigencia para nosotros, interesados en los Estudios Sociales de la Ciencia.
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